martes, 24 de marzo de 2020

DÍA 11: LUIS PASTEUR

DÍA 11: LUIS PASTEUR Martes 24 de Marzo de 2020


"Cuando Luis Pasteur demostró que los gérmenes podían transmitir enfermedades, fue ridiculizado. Cómo podía imaginarse que un hombre adulto fuera atacado por bichos tan diminutos que nadie los podía ver." Christiane Dosne Pasqualini tradujo este escrito a partir del libro de Hans Selye. Hoy, releí esto y sentí que era una broma de mal gusto.


"A los Pasqualini's. ¡¡¡Para que se olviden de McGill! 
¿Cómo podrían? Hans Selye."
Montreal, Canada. Abril 1945


Pienso en el formateo emocional al que obliga este momento. Hay algo individual que debe limpiarse, a la vez de que debemos resucitar colectivamente.

Hoy me topé de nuevo con las cartas de mi abuela Christiane. Y leí entre líneas su tesón, su ímpetu, su anhelo, sus ganas a pesar de los obstáculos. Eras románticas, en algún sentido más complejas que las nuestras. Así, eran en los días en los que le tocó vivir su juventud... y aún así, me resulta tan claro su deseo, me genera una envidia tan sana ese tiempo. ¡Qué ganas de estar ahí! Qué ganas de tele-transportarme... 

Hay que sacarle punta al lápiz, para aumentar el foco. Que la flecha se dirija obsesivamente hacia dónde queremos llevarla. Necesitamos más sacapuntas. 

Quiero encontrar mi medicina, mi medicina específica que ayude a aliviar algunas heridas de este mundo. Quiero saber exactamente cuál es mi medicina. Mi superpoder. Todos tenemos uno. Qué alguien me sople al oído cuál es el mío.


lunes, 23 de marzo de 2020

DÍA 10: DE HORTENSIAS Y VIANDAS

DÍA 10: DE HORTENSIAS Y VIANDAS Lunes 23 de Marzo de 2020

Dentro de esta cuarentena, hay días - y noches - que suenan a encierro y otras que liberan. Hoy el día viró hacia lo positivo. Terminé el libro de Cortazar "Las armas secretas"; disfruté con mi hermano de varios abrazos de más de 20 segundos y agradecí de lo milagroso de poder estar compartiendo esta odisea con él en vez de estar haciéndolo meramente conmigo misma; me comuniqué con seres que inspiran (a cada uno una, intenté mirarlos bien adentro el el ojo mientras me contactaba, cosa de abreviar la distancia). 

A la vez, pasó a buscarme mi infancia. Una serie de incidentes durante el día me la trajeron ,y no pude más que interactuar con ella. 'Infancia' para mí, es mi hermano y esta casa (dos elementos fundamentales en esta [Cuentin] Cuarentina). Pero además, el eco de esa palabra a mí me reverbera adentro y suena a  este jardín, al olor de la vianda del colegio, a las hamacas sonando en el otro lado de la vía, a las 3 especies de pájaros canturreando en la latitud de esta calle cortada. Infancia, en mí, es el suelo de adoquines (de vez en cuando alguno blando), y las puertas del garage haciendo esa música tan característica cada vez que pestañean, y las hortensias que supo haber (ya no moran por acá, pero hace unos días volvieron a mi pensamiento). A ellas quiero, hoy, dedicarles un momento:




A dónde moran las moradas

Su racimo de alcauciles lila clavó bandera en el jardín un día que desconoce mi existencia. Hoy visité este campo minado por mi infancia, y  las evoqué sobre el pasto. Adictas a la contemplación. Testigos de esos dos campings artificiales e improvisados en el orden de mamá, entre cantos y travesuras clandestinas. Alertas, sus oídos, a las conversaciones incómodas sobre cómo llegan los bebes al mundo, a las dulces primeras lecciones de guitarra que inyectó mamá en mi alma (creo que esas lilas reverberan en el perfume lejano de las notas de cada canción que compongo hasta hoy). Aquellas moradas que moraron por largo trecho escuchando silencios que cantaban fuerte adentro de nuestros pensamientos; como las lágrimas de mama, ahogadas en los cigarrillos en su "cuartito de los lamentos" en el fondo del patio. Todas esas purpúreas prestaron sus ojos a miles de fotos, como esa en la que estamos con mi hermano, ambos minúsculos, posando sobre papá, para eternizar lo que inevitablemente se escurriría en cuestión de segundos. Pelotas, risas libres, alaridos vieron ellas brillar por encima de sus sienes. Juntas escuchamos tantos trenes zarpar; ese tren selló el reloj de mi vida. Miles de violáceas abrazadas, cual mujeres chusmas de conventillo, entre tanto verde y blanco y fauna, contemplando el curso de nuestra vida. Pero no sé cómo ni cuándo, un día se fugaron. Alguien las borró de la orilla de mi jardín. Me pregunto a dónde se habrán ido las lilas; a dónde, el crujir de la hamaca, la pelopincho verde agua, las navidades de papá noel con traje rosado y barba de algodón y manos de mi primo Juan Pablo.

Hace mucho que no pensaba en mi hortensias. No sólo es lo que palpamos. Quizá ahora estén siendo en alguna otra parte del tiempo. Lo mismo que la infancia. En alguna otra parte.


Palacio de Cristal. Parque El Retiro.
Madrid, Marzo de 2020.

domingo, 22 de marzo de 2020

DÍA 9: EL NEGATIVO DE LA FOTO

DÍA 9: EL NEGATIVO DE LA FOTO Domingo 22 de Marzo de 2020

Será que es domingo o será alguna otra cosa. Cuestión que hoy me siento el negativo de la foto. No estaría pudiendo ver la luz hacia el final del túnel. Venía bien, creo que venía bien, y sin embargo, hoy, me cuesta ver más allá de lo incierto y un tanto tenebroso de esta situación incertidúmbrica. La sensación que tengo es de que se está por resetear todo y no sé muy bien cómo es la máquina funcionando de cero. Lejos de poder vislumbrar posibilidad en esta condición, me da miedo un cero bien cero, más cero que todos los ceros que tuve antes en mi recorrido y, me atrevo a decir el recorrido de gran parte de las personas que nos jactamos de estar con vida hoy (con vida no es lo mismo que despiertos, aclaro). Las guerras, las pestes grandes, pueden servir de parangón. Pero aún así, y sé que suena egoísta, no puedo imaginarme cómo es salir de una situación como esta. Me pregunto si se sale verdaderamente o no. En realidad, vamos, estoy convencida de que la respuesta es "sí", pero la otra pregunta es cómo

Hoy, si me quisiera correr del negativo de la foto, a lo sumo puedo concentrarme en pensar que vamos a mutar como especie y que algo ya no va a volver a ser lo mismo, después de esta montaña rusa. Este carrusel no puede dar vueltas en círculo, no puede llevarnos al cero del comienzo de la máquina. No. Tiene que servir para algún tipo de evolución profunda, servir de resorte, de trampolín hacia algo más luminoso. Ojalá, el día de mañana me ayude a creer en esta posibilidad.

                                                   Tame impala. "Feels like we only go backwards". 
                                                                         Me parece oportuno.

sábado, 21 de marzo de 2020

DÍA 8: LOS DELFINES

DÍA 8: LOS DELFINES Sábado 21 de Marzo de 2020


Quiero entender el para qué de todo esto. Aunque me digan que no tiene un para qué. Ni un por qué. Aunque sea in-entendible. Quiero que aclare el planeta y que emerjan delfines. Pero, no literalmente, como los delfines de Venecia. Sino a nivel trasfondo, como humanidad toda. Así, le dije a una amiga hoy en un mensaje. También le creí a Cortázar, creo que lo descubrí -tarde, si es que el tiempo fuera algo que existe- por estos días, y tengo que confesar que me enamoré. Me enamoré de lo sincero que intenta ser al perseguir imágenes. Hace magia. Él es la maga. 'Rayuela' es mi asignatura pendiente. Ya quiero. Después de nuestro yoga habitual, y nuestra gimnasia diaria, y nuestros desayunos diarios, y nuevos infectados diarios, y almuerzos, y gente muriendo de Sars-CoV-2 y muriendo de hambre y de vieja y de repente, y después de escribir y hablar y pensar y jardín y meditar y cielos celestes, hicimos con Tom una pequeña sesión de música en el 'porche' (siempre me gustó esa palabra, y siempre me gustaron los 'porches'). Muy a modo de probar si el vecindario nos da la mano en esta de apaciguar la inercia de los días de encierro con algunas melodías. A modo de abrazo colectivo, simbólico, con el vecindario. Fueron lindas las respuestas. Hubo abrazo. O especie de. Hasta algunos aplausos perdidos. Y hasta algún alarido tímido en busca de "otra, otra". Mañana vamos a repetir más temprano. Lo solos que estamos. Sí, aclarar las aguas para que asomen los delfines. Eso quiero. Hacemos tanto en pos de no encontrarnos con nosotros mismos, que el planeta sabiamente -e indirectamente a través de su enojo- nos está obligando a encerrarnos en nuestro propio cuadrado, a hurgar a ver qué anida adentro nuestro. Él también quiere que afloren nuestros propios delfines y las propias aguas cristalinas.




Limpieza Sagrada.

Vecindario. :) 

Hurgando adentro.

viernes, 20 de marzo de 2020

DÍA 7: PURGAR

DÍA 7: PURGAR Viernes 20 de Marzo de 2020


Y si esta ola llegó para limpiarnos (como a las aguas de Venecia), entonces tengo un anhelo personal, también. Quisiera que me purgue a mí; que ando triste por todas partes. Pero, no de la tristeza superficial; porque ahí sí que anido colmada de luz. Lo mismo que la luz que emano hacia afuera. Ese no es el asunto. Es más bien algo de trasfondo, algo que me tiene sucias las comisuras de los labios del fondo de mi mar. 

Lejos, bien adentro, por lo bajo, algo me susurra la pista: quizá, sea el miedo a no ser correspondida nunca. O tal vez, sea el miedo a amar sinceramente, con esa belleza que -dicen- te hipnotiza para que te subas al bote sin la certeza de que saldrás invicto de aquella travesía. Que lo fascinante del juego -dicen-, descansa sobre el inestable equilibrio de perderse en los ojos del amor.

Dicen que es el puente más largo de Europa. Se parece a  la distancia entre mi adentro y mi afuera.
Cada columna que se funde en la incertidumbre del agua, representa cada una de mis capas.

jueves, 19 de marzo de 2020

DÍA 6: ABISMO REAL

DÍA 6: ABISMO REAL Jueves 19 de Marzo de 2020


Hace 4 años, escribí esta canción para mi amiga Rosana. Tenía algunas variaciones en la letra. Después, con Lucas, la modificamos y así quedó. Pienso que estamos transitando una especie de abismo por estos días. Un abismo real.


Es poco y no logra callárselo
Cuando me quiere eludir
Ilusión dale una razón
Para ir detrás y persistir.

Falta espacio y no cabe más
Su alma se está por rendir
Una flor, que se va a morir
para viajar y resurgir

Quiero aislarte del paisaje
Que se ha vuelto tu enemigo
De ese cielo sin destino
Que es tu abismo más real

En mi abrazo el tiempo entrará
Para que el dolor deje descansar
En mi abrazo el tiempo entrará
Para que el dolor seque de verdad

El Tajo. Ronda, España. 8 de Marzo de 2020.
. . .

Hace dos noches, soñé con una guitarra rota. Tenía el puente suelto, se había zafado. Pienso en todas las posibilidades de abismo que habitan nuestros días. Que habitan por estos días. Nuestro imaginario, nuestras imágenes. Tuve miedo al ver a la guitarra "zafada". Algo trágico emanaba a cántaros de esa imagen. Tuve miedo. Y tengo miedo. Solo que lo aniquilo, durmiéndolo. Como esas cosas que uno deja, atragantadas para que no afloren de los ojos, de la boca, de los pensamientos.




. . .


Hoy encontré este pedazo de pensamiento que escribimos con mi abuela Christiane de, para ese entonces, 99 -y hoy ya 100- años, una de esas tantas tardes en las que me siento con ella a eternizar palabras con ocurrencias que parecieran abrazarnos. Fue a fines de enero de este año. Me hace eco, hoy. Me resuena, hoy. A ella le gusta empezar los escritos diciendo...


ONCE UPON A TIME…
Cada día es un experimento. Que muta según cómo lo enfoquemos. También le afecta qué microscopio usemos para mirarlo. Como un cielo estrellado, con células chicas y células grandes, células madres (éstas son el producto de las células chicas. Y muchas se pierden. basta una para encender el fuego pérfido, porque la mitad se mueve fácilmente y dejan encendida cada vez mas las mas chiquitas. Las peligrosas son las más chiquitas. Basta.

Christiane y yo. Febrero de 2020.

. . .

Escuchando a Alberto Fernández hablar hoy a la noche, pensaba en lo trágico hecho tangible, en este momento de la historia de nuestro Planeta. En argentina, ya estamos con algunos casos de Sars-CoV-2, pero aún así, todavía la gran ola no llegó... pero la vemos venir. Pienso en ese. En el silencio que se produce en toda una comunidad, al contemplar, boquiabierta, una gran ola, un tsunami aproximarse. Especie de preparación para la guerra.

La hora sin tiempo

Y el viento se meció como bailando quieto
Y el aire se limpió como si fuera el principio
Y el fuego se apagó como acechando alerta
La tierra se anuló como esperando intrínseca.

Los hombres se abrazaron dibujando lagrimas
Las caras se miraron queriendo ser mágicas
Las voces se durmieron dibujando páramos
La hora se fijó como quedando póstuma

La ola se acercó como si fuera un bárbaro

miércoles, 18 de marzo de 2020

DÍA 5: TRES GOTITAS DE SALIVA

DÍA 5: TRES GOTITAS DE SALIVA Miércoles 18 de Marzo de 2020



Tom vuelve a preguntarme por qué lloro con las películas. "Es sólo una película", me dice. Y yo pienso, por lo bajo: "Y que sea una película... ¿no es suficiente?"

Todo me afecta el doble, me entra por la grieta más recóndita de mi ser, me acelera o me perturba, me quiebra o me llena de coraje e inspiración. 'Esponja' deberían haberme nombrado, tras mi nacimiento. 'Esponja Pasqualini'. No suena muy bien.Por eso, los que me trajeron, deben haber abortado la misión.

Tom. Es increíble la belleza de la sencillez.

Hoy me dediqué mucho a observar Tom. Es genial Fuera de serie. Cada vez se parece más a papá en muchas cosas. Compañero. Afectivo. Paciente.  Maniático. Profundo. Con temple. Fuertemente sensible. Silenciosamente imprescindible. Se suma a una clase de localizada con toda la alegría del mundo, se presta al baile, a la salsa, a hacer cada paso con más energía que un nene de 6 años. Y después agarra y te pone la película en el inglés original, con los subtítulos en italiano. Sabe que no see italiano. Pero confía demasiado en mí y por lo tanto, concluye, que puedo aprender de este modo tan... didáctico.Ni me lo consulta. No hay pregunta. Se sobreentiende que la película va a llevar subtítulos italianos. Aunque el inglés sea medio cerrado. Aunque no entienda del todo. Un pequeño esfuerzo, Belén. Un pequeño esfuerzo (más).




Otra de Tom.



         Varias de Tom conmigo.

. . . 

En tiempos oscuros asoma el lazo invisible. Los primos callados. El valor de la luz y el pasto en el jardín. Tom, hoy, diciendo: "Nunca disfruté tanto de sacar la basura a la calle." Es así, en tiempos deformes, de arbustos sin sentido, con la muerte merodeando a la par del cantar de los pájaros... lo más ínfimo cobra un sentido... o quizá re-cobra su sentido original. ¿Por qué nos hace falta tanto desconsuelo para calar tan hondo adentro nuestro hsta llegar a nuestro sentimiento de gratitud?.

. . .


"Y de pronto, las fronteras que se defendieron con guerras se quebraron con gotitas de saliva. Hubo equidad en el contagio que se repartía igual para ricos y pobres. Las potencias que se sentían infalibles, vieron como se puede caer ante un beso, un abrazo.
Y nos dimos cuenta de lo que era importante o no. Entonces una enfermera se volvió más indispensable que un futbolista. Un hospital se hizo más urgente que un misil. Se apagaron luces en estadios, se detuvieron los conciertos. Los rodajes de las películas. Las misas y los encuentros masivos. Entonces en el mundo hubo tiempo para la reflexión a solas. 
Tres gotitas de mocos en el aire, nos han puesto a cuidar ancianos, a valorar la ciencia por encima de la economía. Que nuestra pirámide de valores estaba invertida. Que la vida siempre fue primero, y que las otras cosas solo eran accesorios.
No hay lugar seguro. En la mente nos caben todos. Y empezamos a desearle el bien al vecino, necesitamos que se mantenga seguro, necesitamos que no se enferme, que viva mucho y que sea feliz. Y junto a una paranoia hervida en desinfectantes, nos damos cuenta que si yo tengo agua y el de más allá no, mi vida está en riesgo. Volvimos a ser aldea. La solidaridad se tiñe de miedo y a riesgo de perdernos en el aislamiento, existe una sola alternativa: ser mejores juntos.
Lo acabo de recibir.
Si todo sale bien, todo cambiará para siempre.Puede ser, solo es una posibilidad, que éste virus nos haga más humanos, y de un diluvio atroz surja una pacto nuevo con una rama de olivo para empezar de cero."



Me lo compartió Ana María. Es anónimo. No sé quién lo escribió. Pero me parece que ayude a encontrar norte, en estos días sin brújula.


El ocaso de los botes y la orilla. La Caleta, Cadíz.
España. 9 de Marzo de 2020

martes, 17 de marzo de 2020

DÍA 4: SOLA CONMIGO

DÍA 4: SOLA CONMIGO Martes 17 de Marzo de 2020


Acabo de entender algo. 

Hago fuerza. Ya me lo habían dicho antes. Me acuerdo en particular, un profesor de tenis que tuve hace unos años. Un rastafari divino que me dio una de las mejores lecciones de mi vida: "No es una cuestión de fuerza, Belén. Es cuestión de darle sentido a la fuerza.", así me dijo (después de esa frase, decidí que ya era en vano seguir yendo a esas clases; ya estaba todo aprendido). Y es que sí. Hago demasiada fuerza. Por... ser...querida. Por ser querida... por quien, quizá, no me puede ver.

Es doloroso el momento de la anagnorisis. Pero aún así... el tiempo del reconocimiento, del encuentro cara a cara con la verdad, es siempre preferible antes que la mentira maquillada, pero siempre momentánea, con fecha de vencimiento. 

Me doy cuenta que no puedo seguir insistiendo por ir en una dirección que no fluye naturalmente. Y no hay nada que preguntar. Nada que decir. Lo que se dice es lo que se hace. Y cuando no se hace... ése es el decir. 

. . . 


De la nada, hoy, no sé por qué justo ahora, antes de irme a dormir... siento una furiosa necesidad de decirle a mis amigos reales cuánto los quiero, cuánto les agradezco tenerlos, les agradezco su inspiración diaria... su generosidad, sus ojos. Y a la vez, suelto la necesidad de ser querida por ese alguien...alien... con el que tanto me obsesioné. Pienso: "Si vos valés, loca, tenés tus defectos, claro, tus cuestiones... pero sos una copada. Si el tipo no quiere, no quiere. Deja de empujar. Dejá de hacer fuerza, Belén. Invertí todo ese amor en esas personas que sí están en tu vida y también... en vos misma."

Y eso. Eso descubrí hoy. Por ahí, ya me lo auto-dije muchas veces, pero es recién esta vez, que la ficha se terminó de embarrar en el suelo donde piso. ¡Qué se yo! Puede que el Sars-CoV-2 arrase conmigo mañana -y no exagero, porque de verdad de vez en cuando me sacude el pánico de que este bicho rebelde acabe con nosotros-, pero aún si eso llegara a pasar... yo hoy, hoy me voy a dormir y mientras cierro los ojos, me abrazo imaginariamente a mí misma y me digo: "¿Sabés qué? Nos vamos a dormir en Paz. Con una sonrisa de hombro a hombro, porque está buenísimo estar con vos. Conmigo misma."

Y listo. Descubrimiento. Breakthrough. Eureka!, como diría mi abuela Christiane.






Algunas conmigo. España y Portugal, Marzo de 2020.

lunes, 16 de marzo de 2020

DÍA 3: AHORAR

DÍA 3: AHORAR Lunes 16 de Marzo de 2020


No nos queda mas que eso: "ahorar". Me introdujo ese término mi amigo Andrés y me pareció muy elocuente al momento que estamos viviendo. No sabemos más que acerca de este presente inmediato. Una pandemia es algo que se expande como el sol, con la diferencia de que no pareciera tener las propiedades "bondadosas" de este último. Dicen que en un cuarto donde prepondera la oscuridad, con tan solo un fósforo que se encienda, entonces la oscuridad desaparece. La mínima luz, le gana a la máxima oscuridad. No sé si el caso de estos días aplica a esta imagen. Ando pesimista. 

Ando partida en dos. Soy dos universos a la vez. 

El deporte y el yoga adentro de estas cuatro paredes, más el hecho de estar acompañada de mi hermano, y poder componer, y de contar con una guitarra para hacerlo, y escribir y trabajar en mi egoísta computadora... y tener un jardín. Son todos tesoros de esta cuarentena, milagros de esta era 'pandémica'. El solo hecho de pensar en todo el tiempo que el destino me obsequió y tengo disponible para todas esas actividades me tiene agradecida, pero a la vez, rebalsada de congoja o culpa.

Y es que, a la vez, existe una otra B, o un otro Universo adentro mío, que se sale de mi ombligo y asoma a un mundo que sufre. Esta otra B entiende que nada de lo que pueda hacer en esta cuarentena es suficiente para apaciguar el dolor y el sufrimiento universales. La incertidumbre enorme hacia la cual nos estamos arrimando, paso a paso, día y hora tras día y hora. Como ese rehén de barco de las películas a quién empujan con los ojos vendados hacia el borde del trampolín.... hasta que finalmente cae. ¿Caeremos? ¿Sigue o no sigue la humanidad? Parecen extremas o dramáticas las preguntas que me hago, pero en realidad todo es exagerado hasta que finalmente sucede... hasta que la exageración se vuelve algo tangible, un hecho real.

MIentras tanto, no sé, no sé nada. Tan sólo nos resta "ahorar".


La luz irrumpiendo en la oscuridad.


Museo Reina Sofía. Madrid, 25 de Feberero de 2017

domingo, 15 de marzo de 2020

DÍA 2: EL SUBCONSCIENTE

DÍA 2: EL SUBCONSCIENTE Domingo 15 de Marzo de 2020


Ando recién despierta y recuerdo que soñé con interpretar un papel en una obra de teatro... que era una película... que estaba dirigida por Helena Bonham Carter o quizás por Karina de Disneylandia. Yo recuerdo tener puesto ese vestido de nubes floreado, que hacía juego con el cielo de ese teatro y de ese día: color gris, color violeta-oscuro, color blanco, color celeste-sucio. Unos instantes antes de que arrancara mi escena, no me acordaba la letra de mi personaje; me la ponía a repasar con urgencia desde la carpeta dónde, desordenada, llevaba la letra, mis "pistas", mi "ayuda-memoria". Antes de mí, Julieta acaba de hacer su parte, con sorpresiva mala fortuna. De golpe, sin aviso, me trasladaban en una camioneta a otra locación y la escena parecía que se pasaba a realizar en... la playa. En el sueño, nunca llego a actuar, pero sí navego por un montón de sensaciones que me produce la típica "previa" al momento de la actuación.


. . .

No entiendo qué hacía esta mañana, despertándome en la cama de una plaza de mi infancia, en mi cuarto primero, amaneciendo un 15 de Marzo de 2020, día en el que tendría que haber amanecido en Beja, Portugal. Sencillamente no lo entiendo. Que alguien...o algo, me expliquen. Todo el día de hoy estuvo teñido de esta pregunta, de esta incongruencia... que acarrea cierto enojo, cierta desolación. Me siento un poco idiota hoy.

Pienso ahora, en todas las personas que conocí en este viaje que duró, en vez de 90, 20 días. Estas personas, quizás, eran ya suficiente viaje en sí mismas. Esos encuentros. Quizás, estas personas eran con las que yo me tenía que topar para absorber y luego pasar al próximo escalón de mi evolución "¿álmica?". 


. . .

Pienso que tiene algo muy hermoso esto de que con mi hermano, nos hayamos venido a "resguardar" en la casa primera, en el nido de la infancia, para la cuarentena, para protegernos del virus. Como si el útero estuviera trasladado a la casa de nuestra niñez.... y ambos nos brindaran el mismo calor... contenedor. El poder sanador de la casa propia, me sorprende, me supera y me conmueve.


Saltando el charco, de regreso al primer hogar.
Lisboa, Portugal. Jueves 12 de Marzo de 2020.
. . .

De golpe, se me vienen dos poemas que me recitó uno de estos seres mágicos con los que me crucé en Europa, el Vampiro de Madrid (así lo llaman), el 23 de febrero de 2020. Uno de estos poemas, de Miguel Hernández, de quién también estoy, por estos días, leyendo "Crónicas de la Guerra Civl: un poeta en el frente", dice así.

<< Elegía >>

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
con quien tanto quería.)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordasarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero. 

Miguel Hernández

. . .


Y el otro poema dice:
<<Por Qué Canto" 

Pido permiso señores
que este tango... este tango habla por mí
y mi voz entre sus sones dirá
dirá por qué canto así
porque cuando pibe
porque cuando pibe me acunaba en tango la canción materna
pa' llamar el sueño y
escuché el rezongo de los bandoneones
bajo el emparrado de mi patio viejo
porque vi. el desfile de las inclemencias
con mis pobres ojos llorosos y abiertos
y en la triste pieza de mis buenos viejos
canto la pobreza su canción de invierno
y yo me hice en tangos
me fui modelando en barro, en miseria
en las amarguras que da la pobreza
en llantos de madre
en la rebeldía del que es fuerte y tiene que cruzar los brazos
cuando el hambre viene
y yo me hice en tangos porque...!porque el tango es macho!
!porque el tango es fuerte!
tiene olor a vida
tiene gusto... a muerte
porque quise mucho, y porque me engañaron
y pasé la vida masticando sueños
porque soy un árbol que nunca dio frutos
porque soy un perro que no tiene dueño
porque tengo odios que nunca los digo
porque cuando quiero,
porque cuando quiero me desangro en besos
porque quise mucho, y no me han querido
por eso, canto, tan triste...
¡por eso!

Celedonio Flores



Decido incluir a ambos poemas acea, porque no creo en el azar, sino mas bien en lo causal. No por nada, me tocaron estos poemas, y no otros, aquél 23 de febrero pasado, un un bar hermoso de la siempre mística Madrid.