jueves, 14 de mayo de 2020

DÍA 62: AMANTES ENCUARENTENADOS

Se me ocurre que quienes tienen romances clandestinos por estos días -o noches-, andan complicados. Con qué excusa se escapan a ese remanso de sexo, pasión y placer, si ya no hay horas extras en la oficina, ni posibilidad de ir al "club" -está cerrado-, ni me voy al taller, ni tengo que ir a arreglar el auto, ni me voy un fin de semana "por trabajo" o "con amigos" a Chascomús, ni nada. No, no: ahora tienen que rebuscársela más sutilmente. Qué hermoso. La cuarentena los invita a la creatividad. Y también los invita a preguntarse, cuánto está dispuestos a exprimir ese cerebrito creativo para que aflore un modo de ver a esa persona clandestina. Y también pone en cuestionamiento la certeza de que ese encuentro era imprescindible en sus vidas. 

El 'chamullo' y la histeria de los mensajes para "pescar" alguna presa para la noche o lo que fuera, también mermaron. El distanciamiento social nos regala que se caiga la careta. 
Parece que todos andamos sobreviviendo a la pandemia, pero también, todos estamos renaciendo en mejores versiones de nosotros mismos...

. . . 

SÁLVESE QUIEN PUEDA. Un tema que me encanta, de Juana Molina. 


miércoles, 13 de mayo de 2020

DÍA 61: LIBERTINAJE MUSICAL

Artesanos del sonido. Magos de la vibración. Levitan. Se fugan de estos suelos para imponernos con su son una 'otra' realidad, de forma irreprochable. Son mis hermanos sin serlo. Agitan mis problemas hasta tornarlos sin sentido de ser, de existir. Me arropan con su frecuencia hechicera. Bendita la música. Ya lo dije antes, y tantas veces, pero no me canso. Es que necesito decirlo de distintas formas. La música es esa mano que te acaricia cuando hace frío; la estela de su tacto va dejando la sensación de un hogar a leña que promete quedarse a tu lado, haciéndote compañía, por un buen rato, y también para siempre. 

Sesenta y un días hace, que volví de ese viaje que iba a ser largo pero terminó siendo -relativamente- corto. Allá conocí a muchos de estos magos, la mayoría de sangre española y gitanos. 
Hoy les hago este pequeño homenaje recordándolos, volviendo a pasarlos por mi corazón







Chris es mi amigo. Lo conocí y le robé una foto mientras trabajaba. Después me lo reencontré y compartimos paseos en Granada. Hermoso ser humano.





Calvario y Libertad 8 son dos Mic Abiertos de Madrid, dónde podés subir y recitar poesía o hacer una canción.


Tomasso es un artista callejero italiano. Nos compartió a Tom y a mí su guitarra.


Esta es mi foto preferida del viaje.

 A estos dos gitanos los reencontré seis años después en el mismo punto panorámico en Granada, cerca de las cuevas de Sacromonte.

Este es el gitano más importante que queda vivo. Y esto, dcho por unos cuántos. También luthier. Pero no hace pedidos; sólo hace guitarras para quienes él considera merecedores y las cobra lo que él quiere; no vale que le preguntes antes. Yo lo conocí. Y a mí me convidó uno de sus espárragos, el que ven chorreando en la foto.


. . .

A modo de epílogo de hoy, les dejo este video de Natalia Lafourcade, de su canción nueva MI RELIGION, dedicada a Santa Cecilia, la música.


martes, 12 de mayo de 2020

DÍA 60: JE CHERCHE À COMPRENDRE

En el día 60, sólo voy a dejar uno de los testimonios más hermosos de los que fui testigo.
Hace unas horas, esta misma tarde (si es que el tiempo existe en alguna parte) en su casa de siempre en Belgrano, mi abuela Christiane practicaba sin saberlo, su monólogo perfecto. La científica que cede ante la insistencia de la nieta actriz  quien traspoló la investigación oncológica de la primera a la investigación teatral de la segunda. Persona y personaje que habla, ambos tienen 100 años (si es que el tiempo existe en alguna parte). Milagro de la naturaleza.





Ella, sabia, dice:

-Entender
-Entender lo que sabía antes, podría ayudarte
-Desaparecí
-Desaparecer
-Entrar y salir 
-Entrar y salir
-Sí y no
-...
-¡eso está bastante bien!

. . . 

Por último, mi abuela me contó que Jacques Monod (1910-1976), era un biólogo y bioquímico francés (compartió el Premio Nobel con André Lwoff y François Jacob en 1965) que indagaba el significado de la vida, su origen y su porvenir, y se cuenta que en su lecho de muerte, sus últimas palabras fueron: Je cherche à comprendre (Trato de entender).

lunes, 11 de mayo de 2020

DÍA 59: CREATIONISM

El tipo me sigue motivando; me frota la punta del fósforo y activa la chispa, y después, la llamarada. 

Lejos de ser un comienzo erótico, hago alusión al contagio que cierta gente tiene la habilidad de poder provocar. Ricardo lo tiene. Y es que él me cae mal en varios aspectos. Me hizo llorar mucho, pero muchas de esas lágrimas, como siempre, me condujeron al crecimiento inevitable. Se duele, se crece. Se duele, se crece. Escucharlo hablar, me devuelve al placer que yo sentía en sus clases de actuación, hace ya más de 10 años. Actuar es el manejo del flujo del tiempo a través del cuerpo de la actriz/actor y de cómo ella/él resuenan con la existencia imperdurable. Wow. Su verborragia. Su necesidad imparable de expulsar de su cerebro todas esas imágenes, todas esas conclusiones o manifiestos. Un decidor barroco que no para de sacar conceptos a través de su garganta, y por medio de la lengua, a través de los dientes, para que nos lleguen, todos escupidos, pero con esa película aceitosa y refinada que hace que se nos adhiera a nuestro propio cerebro (y también más inconscientemente, que se adhiera a nuestra carne) todo lo que emana y tiene para manifestar. Cínico, como el sólo. Conocer, como muy pocos del arte teatral, a mi entender. En un momento, él dice también, "todos nos estamos muriendo... un poco". Contemplé el relato cargado de información experimentada de un ser que empieza a apagarse.

Y yo, que soy adicta a crear y que en sus clases, frente a su maltrato volvía a repetir una y otra vez el ejercicio, sin descanso, sin darme respiro, aún con lágrimas y mucho sufrimiento y la sensación de que no sirvo para esta artesanía del actuar le hice frente a su arrogancia y falta de humanidad, para llegar a la otra orilla de su playa.... dónde yacen tesoros enormes, que no son mérito de él sino del teatro más antiguo que existió sobre la faz de la tierra.

domingo, 10 de mayo de 2020

DÍA 58: SEGUIR DIGIRIENDO

Hay cosas que amarran y otras que desmoronan. Y en simultáneo también: me estoy amarrando y desmoronando todo el tiempo desde y hacia todas las cosas. Ni la muerte ni la vida son tan meritorios. Los logros y las muertes son parte de lo mismo. ¿Por qué celebramos los primeros y lloramos las segundas? Conozco poca gente que realmente no hace distinción entre su modo de reaccionar frente a unos y otras.

Digerir algunas situaciones puede llevarte más "masticadas" de las que te imaginás. Lo más valioso de esa acción de masticar es que te invita al silencio (no importa si sos más o menos educadx para comer)... pero mientras masticás está claro que tenés que hacer silencio. En la música, el silencio es el valor máximo. Silencio es también decir. Y hay silencios que dicen mucho.

Reencuentrarse de golpe con personas que tenías lejos es maravilloso. Es como reencontrarte con un libro que dejaste de leer hace tiempo. Sos otra cuando lo volvés agarrar. Con las personas y los vínculos pasa lo mismo, más allá de la posible conexión y complicidad que se mantengan intactos con el correr del camino.


sábado, 9 de mayo de 2020

DÍA 57: LA LUPA VIENE INCLUÍDA

Cada vez que le preguntábamos a mi papá algo durante el almuerzo o la cena, teníamos que chequear que no tuviera un bocado en la boca porque si llegaba a tenerlo, entonces había que esperar como un minuto entero a que tragara.... es que le encanta masticar bien. 

50 veces, dicen, hay que masticar. Por lo general, desobedezco a esa ley. No me sale, mejor dicho. Quiero hablar mientras que mastico. Pero no de maleducada, no no. De ansiosa y de no darle importancia al suceso de desarmar algo para que atraviese mi garganta, y luego sea deglutido y luego sea llevado a los intestinos. En fin. Me cuesta digerir. Y ojo que me pasa con todo. Me dicen algo y, por lo general, antes de digerir, ya ando respondiendo. Así que hoy, aproveché el almuerzo silencioso para masticar. Empecé con el aparente pequeño desafío de un primer bocado. "50 veces", me repetí. Qué se hace con el pedazo de comida durante tanto tiempo en la boca? ¿De verdad tengo que andar abrazando y des-abrazando con los dientes al bocado tanto tiempo? ¿De verdad? 

Lo probé. Me costó un montón. Seguí con el segundo bocado. Y el tercero. Aproveché cada acción de abrir y cerrar la mandíbula para pensar en lo que estaba digiriendo. Le sentí la primera resistencia a la carne. Después el asomar del jugo. Después el gusto a leña (sí era un asado). Después, ya sumergida en la rutina de saber lo que iría a sentir en la próxima masticada, me entregué a cierto acto inerte. Y prometí proseguir y no abandonar hasta llegar a la masticada número 50. Y ahí por fin... tragué. Aparecen trampas: por ejemplo, en la masticada 40 ya empezás a empecinarte con una zona del pedazo de comida, en vez de aprovechar girar el bocado e ir con los dientes a deshacer otra parte. Aparecen fugas: el pensamiento viaja hasta ya no sé dónde. Hay algo maravilloso del silencio que se produce mientras se mastica; haya o no haya alguien comiendo a tu lado. Es casi hermoso. En definitiva, con esto quiero decir que encontrar la belleza de masticar es algo formidable. 'Formidable', me gusta esa palabra. Ahora lo entiendo a mi papá. Y creo que esto de digerir debe ser aplicado a otros aspectos de mi vida. Voy a masticar más, antes de tragar. Antes de decir, también. Brindo por masticar más. 

Brindo por estos pequeños detalles que me hace descubrir el encierro. Es como si la situación toda de esta cuarentena viniera con una lupa incluída con la que podés hacer zoom en la parte de la existencia que quieras...

viernes, 8 de mayo de 2020

DÍA 56: JAZMÍN SABIO

Digna de la rutina de los últimos 56 días, estaba el otro día yo aislada, puertas adentro, en mi casa. Sentada en un sillón me dispuse a mirar hacia afuera, tratando de encontrar algo en la calle. De repente, descubrí que un jazmín se filtraba por el marco de la ventana. Pensé en lo fuerte de la imagen: yo, queriendo salir a la vida de allá, y el jazmín que, teniendo la posibilidad de estar afuera, quería entrar. ¿Será que acá también hay vida? Claro que la hay. La naturaleza acababa de darme una lección.



Así fue cómo nació el Haiku del Jazmín, que refleja algo de lo que, intuyo, puede equivaler al tránsito que nos toca afrontar a los humanos en este momento de cuarentena. Invité a mis amigas a regalarme dos escenas que estaban asociadas con esta doble acción de mirar por la venta con hambre de afuera, por un lado y, de hacer una actividad que las conectara con ellas mismas puertas adentro, por el otro. 


 Algunas de mis amigas me ayudaron a concretarlo, junto con mi mamá, bruja hermosa, y 


Este es el resultado. espero que les guste. Miremos hacia adentro. Aprovechemos el momento impuesto para averiguar de qué estamos hechxs. 







jueves, 7 de mayo de 2020

DÍA 55: EXPLORADORA

Se rebobina por sobre todo lo andado cuando te disponés a aprender algo nuevo. O algo viejo, pero desde un nuevo lugar. Así me gusta hacerlo a mí, al menos. Caro me está dando clases de lírico por estos días, y la realidad es que me siento chiquita de nuevo, como jugando, durante esa hora en la que me pongo el traje de (Bobby) "esponja" y absorbo. Jugar sin otra intención que...descubrir, como por accidente.
Nos falta jugar más, loco. Si me pregunto cuántas cosas en el día hago por placer y cuantas por  obligación, lamento reconocer que mi respuesta es la segunda. Voy a mutar esto. Y voy a transformarlo rápido. Que eso de que los procesos llevan tiempo, vamos, también es una elegante excusa.

Esto me recuerda al final de la obra que hice sobre mi abuela Christiane, una científica, que jugó, en realidad la niña exploradora toda su vida. La primera versión de la obra terminaba con un texto que rezaba:


Me parece que ella ha sido como una niña jugando en la playa, y que se divertía al encontrar alguna piedra bien pulida o un caracol más extraño que los comunes, mientras el gran océano de la verdad se extendía delante de ella, totalmente desconocido.


Belén aprieta play en un grabador que reproduce la voz actual de Christiane:


CHRISTIANE: J ́ai l ́impression d ́avoir été comme un petit enfant jouant sur la plage en s ́amusant à rencontrer une pierre bien poulie ou une coquille plus jolie que l ́autre pendant que s ́étendait devant moi l ́ immense océan de la vérité à découvrir.



. . . 

De regalo, una foto de Christiane de cuando sus primeros años de exploradora.

De izquierda a derecha: Francis, James, Christiane y Sergine. 

miércoles, 6 de mayo de 2020

DÍA 54: VEN LO QUE NO SE VE

En Marzo de 2019, me encontraba cursando una Beca Fulbright en Nueva York, pero me escapé por tres días y dos noches a hacer función de "CHRISTIANE" en un festival en la Ciudad de Panamá. Allá, tenía tres objetivos para concretar en esos tres días: 1) hacer la función; 2) ir a la playa y meterme al mar; 3) reencontrarme con Patricia Vlieg, una cantora panameña con una maestría increíble.

Cumplí con las tres misiones. Hoy voy a hablar de la tercera, en particular, porque me shockeó. Pasé 11 horas con Patricia. Desde un café al mediodía, siguiendoe por ir a su casa a compartir música, y terminando en una cena hermosa las tres, junto con Vilma, su brillante compañera de aventuras

Patricia mira sin necesidad de ojos. Es de esas personas que tienen una claridad de imagen que sólo, intuyo, se les confiere a aquellos que no tienen la vista contaminada con todo lo que 'no-vale-la-pena-ver".

Cuando llegamos a su casa nos sentamos en un sillón de un sólo cuerpo, las dos, y nos pusimos a hablar como si nos conociéramos de toda una vida, o mejor dicho de alguna otra vida. Después, en cinco mágicos minutos, programó el audio y el sonido de sus parlantes y voilà! Teníamos diseñado un set para hacer música con el piano y dos micrófonos. Les prometo que nunca escuché una mezcla de sonido tan buena como la que diseñó está mujer en cinco minutos y sin la ayuda de los molestos y aburridos ojos.

Hicimos música, pero más que eso: me fui de viaje, planeamos juntas por unas nubes de todos los colores, dejó de existir el adorno del tiempo, se hizo de noche y, como nunca habíamos prendido la luz, porque ella no lo necesita y entonces 'si ella no la necesita', entonces, yo tampoco', pensé. Quedamos a oscuras alumbradas únicamente por la música. Viví el espectáculo más increíble de toda mi vida. Sonó la magia. Nos reímos y nos escondimos en un planeta infinito, vasto, al que sólo acceden aquellos que se atreven a ver lo que no se ve.

Salí levitando de su casa, y de ese día/noche, y también de mi viaje a Panamá. Inicialmente, esos tres días de gira sola implicaban para mí un desafío porque era la primera función de "CHRISTIANE" que haría en otro país completamente sola, sin asistente. Pero después de ese día revelador... descubrí lo chiquito que me había quedado aquél desafío porque Patricia, con su artistría, me había revelado hasta dónde puede llegar el reto interno con una misma. Puro aprendizaje. Ella, una Maestra.

. . .

Les dejo, a modo de souvenir, un video de una improvisación que filmamos esa tarde/noche. Lamento confesarles que el video sólo refleja un 3% de lo que flasheamos durante esas horas que, hubiera rogado, fueran interminables.






martes, 5 de mayo de 2020

DÍA 53: EL FINO CAMBIO

Una vez vi una obra de teatro de una compañía que venía de oriente: era danza Butoh. Aparentemente no había cambio en la escena. Arrancaba con un gran espacio blanco y despojado. De golpe, tenías 50 calas gigantes y varios actores bailando una danza pausada. Era de ensueño la pieza. No sé en qué momento ese desierto blanco se pobló y no sé en qué momento volvió a tornarse un desierto. Pero te digo que pasaron las dos cosas; tengo prueba de eso. Solo que la mutación se dio con tanta elegancia...

No hay certeza de cómo.... pero de golpe, se produjo el cambio. Él anda más serio. Más acelerado. Escurridizo. Ido. Más flaco. Perdido. O demasiado encontrado, no sé. Creció la distancia. Mucha interferencia. Andan saturadas las capas de conexión. Quedamos re lejos. Arrancó ayer. Es increíble cómo, imperceptiblemente, las cosas mutan notoriamente. Se trata de una mutación que se da con tanto disimulo, que ni te percatás.

lunes, 4 de mayo de 2020

DÍA 52: LADRA LA LENGUA DE LA LOBA

A raíz de lo que leí ayer y de una charla con Ana, me acordé de un texto que escribí a los 22 años, cuando todavía no existían el #niunamenos ni el #womenempowerment (bah, no existía en esos términos). El texto se llama Ladra la lengua de la loba y que quisiera volcar hoy acá. 



Ladra la lengua de la loba

Había olor a ella y me hacía falta más
Se le caían las sonrisas, sin saber por qué
Gritaba de dolor
Se daba látigos de culpa
Toda una estatua de sentimientos frágiles
Me sangraban sus ojos, por las tripas
La escondería entre mi lengua, si dejara de temblar
El abanico era mi cara
y ella el viento que despeina                              lento

domingo, 3 de mayo de 2020

DÍA 51:PRENDERSE FUEGO

Hoy leí en un ciclo de poesía y textos literarios de toda índole. Leí algo que escribí y después canté una canción mía. Estaba nerviosa antes de que empezara la sesión vía instagram. Extraño como actriz el estar en el escenario, me pongo nerviosa antes de esta transmisión por ¡instagram!, como si estuviera por hacer mi escena en un teatro. Le agradezco, de golpe a Instagram por permitirme esta emoción.

También les dejo lo que leí en el ciclo de poesía hoy, pero hecho canción; lo lanzamos juntos a mis amigxs Pablo Green y Rayanna Griffith hace un mes, aproximadamente. Dejo la letra en castellano y en inglés al final del fin del día de hoy.

. . . 

Dénle PLAY.


El arte de tapa de la canción es de mi querido amigo Julián Dorado.
Música/Music: Pablo Green Voz/Voice: Rayanna Grifith  Letra/Lyrics: Belén Pasqualini 

ACA VA LA LETRA:

Prenderse fuego 
Y un día
entenderás
que nos alimentamos de detalles;
que no solo comemos para
sobrevivir.

Y un día
te encontrarás  cantando para persistir
como el eco que resuena para trascender la chispa del instante,
mientras tus piernas te desfilan por un planeta que no se llama
Tierra

Morder, con paciencia
Ser, con vehemencia
Ser ese hilo
de luz
que se cuela  sin prudencia
por el fuelle del bandoneón
que representa cada día.

Cuando quieras explotar, primero
prendete fuego
Cuando intentes explotar
vas a tener que -antes-
explorar
adentro tuyo
donde yace
el comienzo de la mecha.

Creés que afuera hay posesión
pero allí anida, solamente, Poseidón;
Pues lo que realmente posees…
Es tu interior
El interior de tu costado.

Dejar trotar al corazón
que trastabille hacia lo incierto
que nos miramos entre seres,
sin saber
cuánto de nuestro hay en lo
vuestro.

El futuro
es esa
escarapela
que te encajan en el acto del colegio.
Los días por adelante,
son esa especie de obligación,
de paradero indefenso.

Que me pregunten qué me gusta más que
explotar;
explorar diré: andar
quieta y en silencio

Porque en esa estática aterciopelada y cruda,
entiendo cómo avanza el sol,
descubro cómo se solapan los momentos.

Rebobiná en tu deseo;
no explotes.
Explorá, en cambio,
el alma de ese indefenso Ser que carga tu nombre.

No muevas tus pestañas,
que no se escape el ojo
del otro
que te está mirando,
que te está diciendo,
ladrando,
enseñándote sobre tus propios votos.

No te olvides de quedarte quieta
y en silencio:
así, amarrarás hallazgos.

Rebobinar en tu deseo; no explotar
Invernar en cambio,
Desinflar el verbo,
Resusitando, pero ya no
con la forma que adoptamos para actuar.

Que nada de eso es Real
que los hechos son estampas que dan prueba de la pérdida del tiempo
el tiempo... que no es más que el cuento de unos cuantos
neutrones y protones y electrones,
en unas cuantas hamacas.

Y al final del silencio,
cuando el incienso arda,
me encontrarás,
también allí,
callada, mirándote,
queriendo mostrarte
el cuadro pintado que ya no habla
porque no necesita,
porque no sabe,
porque no sabe a nada en medio de estas
rocas infernales
de hazaña y sinsentido.

Y un día
te desatás la camisa del cobarde
te vestís con más simpleza
Te volvés la enagua de la enagua que se mece al compás de lo que no necesita hacer,
para nombrarse.

Amar
es descrubrirse
en el ojo del que está enfrentándote.
Y de repente, ahí sí explotás;
y explotar se ata a lo
inevitable.

Que explotar, bien en el fondo,
es descubrir que no existe
nada
más allá de mirarse.

Exit Yourself

And one day
you'll understand
that we feed on details;
which is not just eating for survival.

And one day
you'll find yourself singing to persist;
like the echo that sounds to transcend the movement's spark,
while your legs parade you through a planet that's not called Earth.

Bite with patience,
be vehement,
be that thread of light that seeks prudenceless
through the bellows of that bandoneon that represents each day.

When wanting to explode
set yourself on fire, first.
When trying to explode
you'll have to explore, first,
inside yourself, where the beginning of the wick lays.

You think outside there's possession 
but there only nests Poseidon;
well, what you really own is your inside
-the inside of your side-.

Let your heart jog,
let it stumble towards uncertainty.
We look at each other without knowing
how much of ours is in yours.

The future is that cockade
your teachers fit you during the school's ceremonies.
The days ahead are that kind of obligation,
of helpless whereabouts.

Ask me what I like more than
explosion; exploration, I will say:
walking still and silent.

Because in that velvet and raw static
I understand how sun moves on,
how movements overlap.

Rewind in your desires, don't explode;
explore instead the helpless souls that carry your name.

Don't move your eyelashes,
don't let your eye escape from the other
who watches you,
who is telling you,
barking at you,
teaching you about your own vows.

Don't forget to stay still
and in silence
and thus,
you'll tie findings.

Rewind in your desire, don't explode;
hibernate, deflate the verb, resurrect;
but do not, with the shape we adopt to act;
'cause none of that is real.

Facts are prints that give proof of the waste of time.
Time is nothing more than the story of some
neutrons and protons electrons,
in some few hammocks.

And at the end of the silent
where the incense is over
you'll find myself, also there,
silently staring at you,
wanting to show you,
the painted picture that no longer inhabit
because it doesn't need
because it doesn't know
because it doesn't know anything in the middle of these
hellish rocks of meaning and feat.

And one day
you'll untie your coward's shirt
you'll dress more simply
You'll become the petticoat of the petticoat
that rocks with what you don't need to become. 

To love is to discover
there's nothing beyond looking at each other.
And suddenly, there you explode;
and the explosion is tied to what's inevitable.

That exploding, deep down,
is to discover that nothing exists
beyond
looking at each other.                                                                                                  

©Belén Pasqualini






sábado, 2 de mayo de 2020

DÍA 50: BODAS DE ORO

No detenerse a pensar.

Hoy celebramos los 50 días de cuarentena. Salí 6 veces como mucho (el resto salió Tom a comprar) porque me di cuenta que sufro menos adentro que afuera. En las calles respiro y se me impregna un toco toda la situación y entonces no puedo. Vuelvo a la casa hecha una ameba, soy una esponja que todo lo absorbe y me hace mal. Me resguardo en mi mundo del juguete con mis mundos, mis cosas, mis pensamientos, mi remanso.

Pero si me sincero, si me concentro en mi sentir, ahora, tengo que confesar que es como si me hubiera detenido poco y nada en estos cincuenta días, a lamentar el cambio de rumbo de estos meses en mi vida. Sí, ya sé, como en el caso de la humanidad toda. Ya sé. Pero bueno, uno sufre el dolor propio, además del de la humanidad completa, porque uno convive con el propio cuerpo. 

Es como si me hubiera auto-programado para no lamentarme, para no amargarme de lo que aconteció - o, mejor dicho, de lo que no llegó a acontecer-. Algunas mañanas me pasa que me levanto y miro un afiche de las funciones que iban a ser en Portugal, en el Festival de Teatro de Alentejo y digo "Yo estuve ahí, esas funciones eran verdad y estuvieron a punto de suceder". Esos días, me cuesta más tránsito hacia la noche. Qué sé yo. Ya van cincuenta días y cincuenta noches, y me lamenté muy poco. Menos de lo que hubiera esperado de mí. Quizés se deba a demasiado positivismo en mi sangre, demasiada Joie de vivre heredada de mi abuela francesa, Christiane (a su vez, inyectada por su mamá, Maggie). Me debato todo el tiempo entre la dualidad de permitirme la lágrima, la angustia por lo que yo no logro aún digerir de la situación exótica que estamos viviendo, tan fuera de serie.... y por el otro lado, soy la que salta y festeja cada momento, y encuentra magia en la sombra de la luz en una parte de la casa. La sombra penetrando, es la prueba de que hay cosas que no vemos pero que son, y que generan sombra. O sea, no vemos las cosas, pero vemos su impacto y eso nos da prueba de su existencia. Entonces el afiche del festival portugués da prueba de que ese festival -no fue pero- pudo haber sido, estaba todo listo para que sucediera... y sin embargo, acá estoy en Buenos Aires.... de vuelta, sin haber actuado. De la misma forma, la lágrima queriendo ser pero guardándose, es la prueba de que hay dolor adentro mío, hay dolor siendo en alguna parte de mi cuerpo. Hay veces en que me gustaría ser menos robot, más humana. Permitirme el error, tropezar hacia lo incierto, como quién diría. Me resulta insoportable vivir en constante programación.

. . .

Las sombras muestran lo que está y no se ve.