jueves, 7 de mayo de 2020

DÍA 55: EXPLORADORA

Se rebobina por sobre todo lo andado cuando te disponés a aprender algo nuevo. O algo viejo, pero desde un nuevo lugar. Así me gusta hacerlo a mí, al menos. Caro me está dando clases de lírico por estos días, y la realidad es que me siento chiquita de nuevo, como jugando, durante esa hora en la que me pongo el traje de (Bobby) "esponja" y absorbo. Jugar sin otra intención que...descubrir, como por accidente.
Nos falta jugar más, loco. Si me pregunto cuántas cosas en el día hago por placer y cuantas por  obligación, lamento reconocer que mi respuesta es la segunda. Voy a mutar esto. Y voy a transformarlo rápido. Que eso de que los procesos llevan tiempo, vamos, también es una elegante excusa.

Esto me recuerda al final de la obra que hice sobre mi abuela Christiane, una científica, que jugó, en realidad la niña exploradora toda su vida. La primera versión de la obra terminaba con un texto que rezaba:


Me parece que ella ha sido como una niña jugando en la playa, y que se divertía al encontrar alguna piedra bien pulida o un caracol más extraño que los comunes, mientras el gran océano de la verdad se extendía delante de ella, totalmente desconocido.


Belén aprieta play en un grabador que reproduce la voz actual de Christiane:


CHRISTIANE: J ́ai l ́impression d ́avoir été comme un petit enfant jouant sur la plage en s ́amusant à rencontrer une pierre bien poulie ou une coquille plus jolie que l ́autre pendant que s ́étendait devant moi l ́ immense océan de la vérité à découvrir.



. . . 

De regalo, una foto de Christiane de cuando sus primeros años de exploradora.

De izquierda a derecha: Francis, James, Christiane y Sergine.