lunes, 25 de mayo de 2020

DÍA 73: OID MORTALES

Me encanta nuestro Himno Nacional. Me inspira. Me pone la piel de gallina. Durante todo mi primario y secundario, creo que no fui consciente de lo valioso de su música y su letra; no lo aproveché del todo. Me encanta. Lo cantaría seguido varias veces, de verdad. Me encanta también mi país, y lo elegiría, también varias veces, inclusive si me dieran la opción de elegir dónde renacer. Lo quiero. Te quiero, Argentina. Con todo, te quiero. Te tengo paciencia. Más paciencia, le tengo a mi país, que a mí misma. No cambiaría a mi país por nada. Me duelen, de vos, muchas cosas. Pero me gusta estar en vos. Puedo moverme por muchos lados, pero mi país es dónde está el hogar, el terruño que se forja adentro mío, cuál esqueleto primario que me da la pauta de quién soy. No soy por mí misma y nada más; creo que nadie es por sí mismx. Somos, también, por cómo resonamos en el suelo que pisamos. Me gusta verlo así. Todavía queda mucho por aprender, Argentina. Ya llevamos generaciones y generaciones de repetir los mismos errores por lo general, que emanan de la ambición enorme de querer poseer poder, esa ambición mezquina por parte de unos cuantxs idiotas, que más que idiotas son zombies. Ellxs no se dieron cuenta de que lo único que poseerán, alguna vez, si es que algo llegan a poseer, es su interior, el adentro de sus propios costados.

Me pregunto cuál será el grito meas sagrado al que los mortales podremos llegar alguna vez...