Entre lo que toco y lo que construyo, siempre llega antes lo que construyo. Peligro. Percibo peligro en eso. Me desfaso todo el tiempo. Ni siquiera tengo control sobre cuán consciente soy de ese desfasaje. No importa. Sigo. Cual topadora. Sigo.
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¿Algo que me dé 'paz'? Hoy me llegó una carta de amor. Las cartas de amor, no creo que seas las que se dan los enamorados. No: son otras. Nea, hoy me escribió una carta de amor. La más bella que me escribieron nunca. Este pasado fin de semana, grabé las voces para su disco. Así, en la trinchera de mi cuarto de la infancia con unas almohadas y almohadones para acustizar la sala, y la cortina de esterilla y el black out cerrados, también para acustizar. Mi propio estudio casero en el cuarto que fue testigo de mi crecer. Las canciones pasaron una y otra vez por mis oídos - mi corazón - mi espíritu durante un mes, y de golpe, este fin de semana vomité todo ese alimento en forma de notas, melodías, armonías de coros. A todo lo eyecté, aquello que concebí a partir de esa escucha profunda. Lo vomité, y después cual bulímica, me invadió la culpa. Me dije: 'retrocedé, rebobiná, Belén. Esto que grabaste es todo una porquería.' Después pensé que mi cabeza me estaba haciendo una mala jugada y entonces la callé y le mandé a Nea todo el material, esperando que ella tuviera la respuesta; su paladar siempre me pareció uno de los más refinados que conocí.
Pasaron dos días y nada. Bah, solo un comentario de ella contándome que había descargado todo y que estaba editando y escuchando y que yo era una 'grosa'.
Obviamente mi cabeza tramposa ignoró el 'grosa' y se agarró del silencio que vino durante los próximos dos días.
En un momento no me aguanté más (entre pensamientos de pesadilla donde imaginaba que su silencio se debía a que estaba pensando cómo decirme que era todo una porquería y que mejor seguía con otra persona) y le escribí. Le pedí, le rogué pr señales de humo. En respuesta, me dedicó una carta de amor. La carta de amor más linda que me escribieron jamás.
¿Qué increíble, no? Yo imaginé el derrumbe, pero en realidad, en el silencio se estaba gestando una flor hermosa, en agradecimiento a la voz que eternicé en unos 50 wavs. Vivo en una doble realidad, constantemente. Y eso me hace sentir que peligro, constantemente.
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