En frente a mi cama cuelga una gorra que rescatamos haciendo limpieza con Tom. En la fachada de la gorra, sobre lo que vendría a ser la frente de quien se la monte, rezan dos palabras: TIME OUT. Me la colgué ahí para que sea lo último que lea antes de irme a dormir y lo primero que lea cuando abra los ojos.
TIME OUT. Tiempo fuera. Puedo darle a esto infinitos sentidos. En este caso, prefiero llevar estas palabras a dos preguntas que requieren de una respuesta sincera: ¿Qué tiempo? ¿Cuál afuera? Para mí, la respuesta es un espejo, sólo que no se sabe que es imágen real y qué es imágen reflejada. Quizás, el tiempo en el que vivíamos antes de la cuarentena era el real, pero por ahí este quedó más real ahora, y el 'otro' quedó demodé, o perdido en algún triángulo de las bermudas. Respecto del afuera: Quizás estemos ahora afuera de la vida 'de afuera', pero por ahí ese afuera no nos permitía entrar en nuestro adentro, del cuál veníamos escapando constantemente antes y ahora, no tenemos otra alternativa que sumergirnos ahí.
Dos tiempos. Dos adentros. Dos afueras. Elegir qué es reflejo qué es real. Todo siempre depende de cómo lo veamos.
Cierro hoy, con esta frase del libro de Victor García, Los muros y las puertas en el teatro de Víctor García, que dice:
"PORQUE SOLO QUEDA EN EL TIEMPO LO QUE ESTÁ FUERA DEL TIEMPO"
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