miércoles, 18 de marzo de 2020

DÍA 5: TRES GOTITAS DE SALIVA

DÍA 5: TRES GOTITAS DE SALIVA Miércoles 18 de Marzo de 2020



Tom vuelve a preguntarme por qué lloro con las películas. "Es sólo una película", me dice. Y yo pienso, por lo bajo: "Y que sea una película... ¿no es suficiente?"

Todo me afecta el doble, me entra por la grieta más recóndita de mi ser, me acelera o me perturba, me quiebra o me llena de coraje e inspiración. 'Esponja' deberían haberme nombrado, tras mi nacimiento. 'Esponja Pasqualini'. No suena muy bien.Por eso, los que me trajeron, deben haber abortado la misión.

Tom. Es increíble la belleza de la sencillez.

Hoy me dediqué mucho a observar Tom. Es genial Fuera de serie. Cada vez se parece más a papá en muchas cosas. Compañero. Afectivo. Paciente.  Maniático. Profundo. Con temple. Fuertemente sensible. Silenciosamente imprescindible. Se suma a una clase de localizada con toda la alegría del mundo, se presta al baile, a la salsa, a hacer cada paso con más energía que un nene de 6 años. Y después agarra y te pone la película en el inglés original, con los subtítulos en italiano. Sabe que no see italiano. Pero confía demasiado en mí y por lo tanto, concluye, que puedo aprender de este modo tan... didáctico.Ni me lo consulta. No hay pregunta. Se sobreentiende que la película va a llevar subtítulos italianos. Aunque el inglés sea medio cerrado. Aunque no entienda del todo. Un pequeño esfuerzo, Belén. Un pequeño esfuerzo (más).




Otra de Tom.



         Varias de Tom conmigo.

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En tiempos oscuros asoma el lazo invisible. Los primos callados. El valor de la luz y el pasto en el jardín. Tom, hoy, diciendo: "Nunca disfruté tanto de sacar la basura a la calle." Es así, en tiempos deformes, de arbustos sin sentido, con la muerte merodeando a la par del cantar de los pájaros... lo más ínfimo cobra un sentido... o quizá re-cobra su sentido original. ¿Por qué nos hace falta tanto desconsuelo para calar tan hondo adentro nuestro hsta llegar a nuestro sentimiento de gratitud?.

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"Y de pronto, las fronteras que se defendieron con guerras se quebraron con gotitas de saliva. Hubo equidad en el contagio que se repartía igual para ricos y pobres. Las potencias que se sentían infalibles, vieron como se puede caer ante un beso, un abrazo.
Y nos dimos cuenta de lo que era importante o no. Entonces una enfermera se volvió más indispensable que un futbolista. Un hospital se hizo más urgente que un misil. Se apagaron luces en estadios, se detuvieron los conciertos. Los rodajes de las películas. Las misas y los encuentros masivos. Entonces en el mundo hubo tiempo para la reflexión a solas. 
Tres gotitas de mocos en el aire, nos han puesto a cuidar ancianos, a valorar la ciencia por encima de la economía. Que nuestra pirámide de valores estaba invertida. Que la vida siempre fue primero, y que las otras cosas solo eran accesorios.
No hay lugar seguro. En la mente nos caben todos. Y empezamos a desearle el bien al vecino, necesitamos que se mantenga seguro, necesitamos que no se enferme, que viva mucho y que sea feliz. Y junto a una paranoia hervida en desinfectantes, nos damos cuenta que si yo tengo agua y el de más allá no, mi vida está en riesgo. Volvimos a ser aldea. La solidaridad se tiñe de miedo y a riesgo de perdernos en el aislamiento, existe una sola alternativa: ser mejores juntos.
Lo acabo de recibir.
Si todo sale bien, todo cambiará para siempre.Puede ser, solo es una posibilidad, que éste virus nos haga más humanos, y de un diluvio atroz surja una pacto nuevo con una rama de olivo para empezar de cero."



Me lo compartió Ana María. Es anónimo. No sé quién lo escribió. Pero me parece que ayude a encontrar norte, en estos días sin brújula.


El ocaso de los botes y la orilla. La Caleta, Cadíz.
España. 9 de Marzo de 2020

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