domingo, 19 de abril de 2020

DÍA 37: SUEÑO X4

¿Y si todo esto es un sueño? Pregunta bien tradicional. Sí, ya sé que Calderón y Shakaspeare reflexionaron mucho al respecto, pero, ¿y si todo esto es un sueño? Más allá de que puedas jugar a imaginar que mañana podrías despertar y que todo este momento especial, difícil era una farsa, era sólo producto de la imaginación, el asunto es que el coronavirus, puede haber llegado a nuestros días para recordarnos que todo esto es una gran mentira; una fantasía adentro de otra más grande, más elegante, más disimulada, pero igual de finita... y tramposa. Entonces, podemos usar este momento para recordarnos lo que indirectamente tratábamos de olvidar un mes y algunos días  atrás a través de la inercia de ir a un lugar, y después a otro lugar, y de ver a cierta persona, y después a esa otra, y de hacer tal cosa, o de atravesar el día afuera de nuestras casas -que es, algo así como, afuera de nosotros mismos porque salimos para escapar(nos)-.

Me quedo con lo de escapar(nos). Nos. ¿De quién? De nosotros mismos. Tememos encontrar cosas adentro. La Humanidad tema hurgar adentro. Como ese placard que se prolonga desordenado, sin que nadie se le atreva. Abrir la compuerta, disponerse a limpiar, sería trágico. O quizás, lo trágico sea, no abrir la compuerta nunca.

Siguiendo con lo de "sueño", quisiera multiplicar a la palabra por cuatro. Uno: el sueño mayor o la vida entera que dura un rato para después morir y pasar a, anda a saber qué nueva consistencia. Dos: el sueño de este virus que nos tiene a todos como si estuviéramos encastrados adentro de un mal viaje. Pero a la vez...

Tercer sueño: por estos días no quiero dormir. Me quiero quedar bien despierta. Que me duelan los párpados de tanto que insisten en apagar la luz. Quiero hacer todo lo que quiero hacer. No quiero que me metan en el tiempo de siempre, porque dale, ese tiempo dejó de existir. Déjenme vivir mi realidad exacerbada ahora que no hay tiempo. Las puertas son más de 100 y se siguen abriendo, y pareciera ser que es infinita la acción de que aparezcan puertas e infinito también, el querer abrirlas a todas.

Cuarto sueño: todo lo del tercer sueño, me provoca sueño. Y, si fuera por mí, dormiría hasta las 2 de la tarde. Pero después al cuarto "sueño" le gana el tercero, y me levanto 8 am. Y me acuesto a  las 2. Y me levanto a las 8. Y me acuesto a las 3. Y me levanto 8.45. Y así.

Sí: creo que de los cuatros sueños el que me dom(in)a es el tercero. De hecho, creo que oscilo entre el tercero y el segundo, la mayor parte de mi vida en este planeta.


. . .


Les dejo a Melody Gardot, como para seguir levitando.




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