Con mi amigo Germán estamos unidos por un fuerte lazo invisible. Entre otras mágicas cosas, lo que nos amarra son las galaxias y la astronomía toda. Nos amarran muchas noches de embriagarnos en la playa de Miramar bebiendo el brebaje de un cielo que acontecía sin escatimar.
Por estos días y hasta el 30 de abril, en el aire podrán verse una serie de fenómenos asombrosos -quizás no tanto en la ciudad, por el exceso de luz artificial, pero ahí estarán latiendo tácitamente, para que nosotros escuchemos. Regalo de cumpleaños, dicen. Qué generoso el cielo.
Hoy a la noche habrá lluvia de estrellas y meteoritos. Hablé con Germán y me explicó que no es que llueven estrellas, sino que lo que veremos cómo tal, es la estela de un cometa que pasó cerca de la Tierra hace mucho tiempo y dejó su huella y entonces, lo que percibimos como "lluvia de estrellas" es en realidad la "basura cósmica" que fue dejando a lo largo de su trayecto. No me digan que no es poético: convertir la basura ... en lluvia de estrellas. Hoy, voy a mirar al cielo (como se pueda, en medio de esta ciudad luminosa y silenciosa por estos días) y voy a pensar en cuánta magia podemos hacer, aún cuando pareciéramos estar perdidos.
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A falta del libro, les dejo el primer capítulo del programa que hizo Carl Sagan, "Cosmos". Tomen. Enamórense.
6:15” : “somos una forma que tiene el cosmos para conocerse”
Es español, arriba. En inglés, abajo.
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